domingo, 20 de noviembre de 2011

Terapia Cognitivo Conductual ¿Que es y cómo se Aplica?


Es una de las formas de psicoterapia con mayor validez científica por los miles de estudios que se han realizado para demostrar su efectividad. Esta terapia se basa en como los pensamientos y las acciones tienen un efecto en el aquí y el ahora, le da importancia al pasado pero le da más importancia a como sucede eso en el presente.
Es una terapia limitada en el tiempo, se busca que no sea una terapia larga, y si centrada en objetivos, esto es la resolución de problemas, síntomas u otros indicadores objetivos que nos ayuden a mejorar el bienestar la persona.
Uno de los pilares de esta terapia son las tareas. Es una forma práctica de llevar al a vida diaria lo que sucede en el consultorio, esto es, no se queda solo en la plática con el terapeuta, si no que parte de el tratamiento es que pueda replicar esta nueva forma de ver la vida o de comportarse fuera de la sala de terapia.
La meta de la terapia cognitivo conductuales eliminar, o al menos reducir los síntomas, y postula que si desaparecen, por ejemplo, los síntomas de pánico, inmediatamente también va a haber una mejoría en otras áreas, sin que aparezcan otros síntomas que los reemplacen. Pone el énfasis en el cambio. Se le solicita al paciente practicar nuevas conductas y pensamientos en las sesiones, y utilizarlas afuera como parte de la tarea.
En cada sesión se revisan las tareas indicadas para la semana anterior, se estudia cuál es el problema actual y se planean actividades para la semana siguiente.
Sus aplicaciones son muy variadas que va desde problemas cotidianos como el manejo de las emociones, hasta enfermedades propias como depresión y ansiedad.

LA APARICIÓN DE LA “TERCERA FUERZA”


La psicología humanista surge como una concepción propia en la primera mitad del siglo XX con las aportaciones de sus principales representantes: W. James, L. Bingswanger, M. Boss, G. Allport, A. Maslow, C. Rogers, R. May, V. Frankl, E. Fromm, R. Laing.
En su aparición se pueden identificar tres tipos de influencias:
Filosóficas: Humanismo, Existencialismo y Fenomenología.
Sociales y culturales: el malestar de la cultura que surge como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, la conciencia de la amenaza atómica y la guerra fría, la insatisfacción social que culminó en los movimiento contraculturales de los años sesenta.
Psicológicas: la psicología humanista se presenta como una “tercera fuerza” al ser una propuesta alternativa al psicoanálisis y al conductismo (las dos grandes fuerzas de la psicología en esos años).

Con la influencia del humanismo, que no es un término unívoco, se alude a una concepción filosófica que:
Resalta la dignidad del ser humano y un ideal de vida. En esta línea está la defensa de las libertades individuales y de la democracia de los dos Manifiestos Humanistas (1933 y 1974).
Propone un método de conocimiento humanista, en el que se rechaza el absolutismo y hay una preferencia por la flexibilidad frente a la exactitud racionalista.
Con la influencia del existencialismo se pone énfasis en la existencia, en cómo los seres humanos viven sus vidas, en la experiencia del ejercicio o de la renuncia a la libertad.
Con la influencia de la fenomenología, método privilegiado para acercarse al hombre, que trata de descubrir lo que es dado en la experiencia, de reconsiderar los contenidos de la conciencia tratando de ver más allá de los prejuicios, preconcepciones y teorías del observador; en su propuesta la consciencia siempre tiende a algo, es esencialmente intencional.
Hay que matizar que la psicología humanístico-existencial: en Europa se basa directamente en la influencia de filósofos de esta corriente (Kieerkegaard, Unamuno, Heidegger, Brentano, Husserl o Sartre), pero en Estados Unidos primero desarrolla sus propuestas como tal psicología (Maslow y Rogers) y luego encuentra en estos filósofos una afinidad de planteamientos.
LOS POSTULADOS BÁSICOS DE LA PSICOLOGÍA HUMANÍSTICA
La psicología humanista es más un movimiento que una escuela.
Bugenthal, primer presidente, propuso estos cinco postulados básicos de esta psicología:
El hombre, como hombre, sobrepasa la suma de las partes.
El hombre lleva a cabo su existencia en un contexto humano.
El hombre es consciente.
El hombre tiene capacidad de elección.
El hombre es intencional en sus propósitos, sus experiencias valorativas, su creatividad y su reconocimiento de significación.
La Asociación Americana de Psicología Humanista propone cuatro postulados:
Centración en la persona humana y su experiencia interior, así como en su significado para ella y en la autopresencia que esto le supone.
Enfatización de las características distintivas y específicamente humanas: decisión, creatividad, autorrealización...
Mantenimiento del criterio de significación intrínseca, en la selección de problemas a investigar en contra de un valor inspirado únicamente en el valor de la objetividad.
Compromiso con el valor de la dignidad humana e interés en el desarrollo pleno del potencial inherente a cada persona consigo misma y con los demás.
Allport, un destacado fundador, propuso la distinción entre:
Orientaciones idiográficas: pone el énfasis en la experiencia individual; y Allport pide una vuelta y una mayor importancia de esta orientación.
Orientaciones nomotéticas: interesada por abstracciones estadísticas tales como medias o desviaciones estadísticas en búsqueda de una credibilidad científica.
Veamos algunos autores individuales de este movimiento.

PROPUESTAS DE LA PSICOLOGÍA HUMANÍSTICO-EXISTENCIAL

LUDWIG BINGSWANGER
Bingswanger, discípulo de Husserl y seguidor de Heidegger, desarrolla un procedimiento terapeútico que implique al hombre en su totalidad, tratando de comprender y describir el mundo del paciente. Fue admirador y a la vez muy crítico con la obra de Freud.
Propone como punto de partida en la comprensión de la personalidad la tendencia humana a percibir significados en los sucesos y, por ello, ser capaz de trascender las situaciones concretas.
Considera que las personas construyen esos significados mediante la toma de decisiones de dos maneras:
Elección del futuro: es la más adecuada, dado que facilita el crecimiento o la realización de la posibilidad de desarrollo.
Elección del pasado: ahoga el crecimiento al limitar la posibilidad a aquello que ya es experiencialmente conocido.
Entiende que las diferencias individuales se extienden a través de un continuo que va desde el ser auténtico (con influencia en la propia vida por medio de decisiones y elecciones de futuro) hasta el conformista (indefenso y pasivo ante el medio con elecciones del pasado).
Describe la labor terapéutica basada en estos puntos:
Los trastornos psicopatológicos representan una alteración del ser-en-el mundo.
El ser-en-el-mundo tiene estructura y por lo tanto puede ser estudiado, descrito y rectificado.
La psicoterapia pretende entender el proyecto existencial de la persona.
La psicoterapia procura ayudar a asumir la propia experiencia en toda su plenitud, descubriendo las formas y áreas de alineación, para recobrar la autoposesión y la autodeterminación.
ROLLO MAY
May tiene una influencia marcadamente existencialista y un pensamiento independiente como señalan estos ejemplos:
Expresa su crítica al psicoanálisis freudiano por reduccionista, pero señala el error que supone desecharlo.
Impulsa la visión humanista de la psicoterapia, pero critica la exclusión de los elementos negativos de la naturaleza humana que postulan algunos autores humanistas.
Defendió y con éxito el derecho de los psicólogos a trabajar como psicoterapeutas frente a las asociaciones médicas, pero promovió la evitación de la confrontación.
Propone el concepto de dilema del hombre:
Este concepto se origina en la capacidad del hombre para sentirse como sujeto y como objeto al mismo tiempo. Así el terapeuta puede analizar la conducta del paciente como objeto y empatizar con su problema como sujeto.
Aceptando este dilema no puede considerarse al ser humano como “puramente libre” o “puramente determinado”.
Propone como características de la terapia existencial las siguientes:
Su objetivo es el de aumentar la conciencia del cliente respecto de su propia existencia y, así, ayudar a que experimente su existencia como real.
La técnica debe estar subordinada al conocer, y seguir, más que preceder, al conocimiento; por tanto, debe ser flexible y ajustarse a las necesidades de cada cliente.
El terapeuta y el cliente son dos personas en una auténtica relación.
El terapeuta debe escuchar con atención y respeto, considerando que cada cliente tiene una significación particular según su contexto de vida.
El terapeuta procura analizar todas las formas de comportamiento de él y del cliente, que impiden el encuentro real entre ambos.
La terapia existencial se caracteriza por la importancia que da al compromiso o verdadero modo de estar vivo.

ABRAHAM MASLOW
Maslow (1908-1970) es una de las figuras más conocidas de la psicología humanística.
Intenta formular un sistema holístico abierto a la variedad de la experiencia humana y, por tanto, rechaza el establecimiento de un método único para acercarse a esta diversidad.
Centra el interés en el concepto de autorrealización: es la culminación de la tendencia o el llegar a ser en el crecimiento; se define como la obtención de la satisfacción de necesidades progresivamente superiores y, junto a esto, la satisfacción de la necesidad de estructurar el mundo a partir de sus propios análisis y valores.
Establece una jerarquía de necesidades:
Necesidades fisiológicas: pertenecen a un nivel básico, pero tienen un componente de individualidad (comida, agua, sueño...).
Necesidades de seguridad.
Necesidades de pertenencia y amor: su frustración produce problemas humanos de ajuste.
Necesidades de estima: sentirse competente, ser reconocido por los propios logros y sentirse adecuado.
Necesidades de desarrollo o de autorrealización, que culminan en la “experiencia cumbre” (sentimiento de alcanzar una cota como ser humano).
Cuando el proceso hacia la autorrealización se corta, aparecen reacciones desanimadoras, compensatorias o neuróticas y la conducta se focaliza hacia la evitación impidiendo el desarrollo autónomo.
CARL ROGERS
Rogers (1902-1987) es quizás el más influyente y conocido dentro de la psicología humanista.
Propone la terapia centrada en el cliente ( o terapia no directiva):
Hipótesis: el individuo posee en sí mismo medios para la autocomprensión, para el cambio del concepto de sí mismo, de las actitudes y del comportamiento autodirigido; estos medios pueden ser explotados con sólo proporcionar un clima determinado de actitudes psicológicas favorables.
Premisas fundamentales:
La confianza radical en la persona del cliente.
El rechazo al papel directivo del terapeuta.
Entiende que el ser humano nace con una tendencia realizadora, que si no se tuerce por los sucesos de la crianza, puede dar como resultado una persona de pleno funcionamiento.
Enfatiza la actitud y cualidades del terapeuta como elemento esencial del cambio; destaca cualidades tales como empatía, autenticidad y congruencia.
Se interesa particularmente por la comprensión y descripción del proceso de cambio en las personas, señalando estos índices de evolución:
De sentimientos desconocidos, se pasa a reconocerlos como propios.
De la incoherencia, se toma conciencia de las contradicciones.
De la negación de los problemas, se toma conciencia de la implicación en ellos.
De la evitación de la intimidad, se acepta la intimidad.
De la centracción en los síntomas, se centra en el yo.
Del conflicto con la propia experiencia, se acepta la experiencia.
De la centracción en el pasado, se centra en el presente.

VALORACIÓN DE LA PSICOLOGÍA HUMANÍSTICA
Valoración positiva:
Incorporación de conceptos como subjetividad, experiencia o construcción de significado.
Influencia notable (según encuestas entre los años 30 y 80) en las creencias de la sociedad americana. En concreto, en la importancia del efecto de la relación terapeuta-paciente y en el campo de la educación.
Aceptación ligeramente creciente de los psicólogos clínicos que se autocaracterizan humanistas (en USA del 4% (1988) al 7,9% (2001), en Madrid el 8,7% (1998).
Valoración negativa:
Ausencia de validación empírica de las propuestas humanistas, aunque el propio Rogers señalaba esta necesidad y conveniencia, e hizo grabaciones con fines de investigación.
Acentuación de la subjetividad, con crítica a los excesos de la artificialidad y reducionismo del experimentalismo.
Falta de operacionalización de conceptos básicos humanistas.
Énfasis abusivo en una visión positivista y optimista del ser humano.
Fracaso de los psicólogos humanistas en darse a conocer en toda su complejidad.

teoria psicoanalitica freudiana


"Dentro de la naturaleza humana se halla el que nos inclinamos a considerar equivocado lo que nos causaría displacer aceptar como cierto." (Sigmund Freud)
 
Sigmund FreudEl Psicoanálisis es, a la vez,  un conjunto de teorías psicológicas, un método de investigación y un método psicoterapéutico creados por Sigmund Freud.
Sigmund Freud (1856-1939) nació en Moravia. A los cuatro años se estableció en Viena con su familia. Allí pasó la mayor parte de su niñez y adolescencia. Estudió Biología y Medicina, especializándose en Neurología.
En 1885 viaja a París para completar sus estudios. Allí trabaja a las órdenes de un médico bastante innovador llamado Charcot.
Charcot pensaba que algunas enfermedades mentales no tenían una causa orgánica sino psicológica, y se mostraba interesado en la utilización de la hipnosis como método terapeútico.
Con Charcot, Freud se inicia en el estudio de la histeria y en la aplicación de la hipnosis como terapia. La influencia de Charcot será fundamental para estimularlo a separar lo psicológico de las ataduras de lo anatómico y la hipnosis será la puerta de entrada que lo llevará a la postulación del inconciente.
Freud observa, por citar un ejemplo, a una persona a la cual, en pleno trance hipnótico, se le ordena que lo primero que hará al salir del trance será buscar un paraguas y salir a la calle. Efectivamente, ni bien "despierta" esto es lo que hace la persona, toma un paraguas y se dispone a salir a la calle. Cuando se lo interroga por los motivos de tal acto, teniendo en cuenta que se trataba de un día de pleno sol, la persona, luego de titubear unos segundos, contesta que creía haber leído en el periódico el anuncio de posibles lluvias. Este tipo de experiencias llevan a Freud a postular la existencia de motivaciones que dirigen nuestros actos pese a ser desconocidas para nosotros.
El psicoanálisis se opone a identificar lo psíquico con lo conciente. Los procesos concientes constituyen apenas una fracción de la vida anímica total. Freud afirma que existe un pensamiento y una voluntad inconciente.
No es el estudio de la hipnosis el único campo que sostiene estas afirmaciones. Freud presta atención a otros fenómenos que nunca antes habían sido considerados dignos de ser estudiados científicamente. Comienza inspeccionando los actos fallidos y los sueños.
Los Actos Fallidos
En su escrito "Psicopatología de la vida cotidiana" analiza con su rigor característico los llamados actos fallidos; fundamentalmente las equivocaciones orales y los olvidos momentáneos.
Equivocaciones orales
  • Cuando una persona dice una palabra por otra,
  • Escribe una palabra por otra,
  • Lee en un texto impreso algo distinto de lo que en el mismo aparece,
  • Oye cosa diferente de lo que se dice.
Olvidos momentáneos
  • Lagunas mentales (olvido de nombres)
  • Pérdida de objetos
  • Olvido de propósitos (ej. Olvidar una cita)
Del estudio de los actos fallidos concluye que no son simples casualidades, sino actos psíquicos que tienen un sentido, y deben su génesis a la oposición de dos intenciones diferentes. El acto fallido representa el conflicto entre dos tendencias incompatibles.
El olvido, y por tanto, la no ejecución de un propósito, testimonia de una volición contraria opuesta al mismo.
Cuando alguien olvida acudir a una cita a la que prometió ir; el fundamento de tal olvido puede buscarse en:
  • Escasa simpatía hacia la persona de la cita o algún sentimiento encontrado hacia ella
  • Recuerdo penoso vinculado al lugar de la cita
  • Recuerdo desagradable vinculado a algún otro factor relacionado con la cita como podría ser el momento del día, el día (ej. Día de la madre), o un factor climático.
Freud describe y analiza en su obra una serie de ejemplos de actos fallidos de algunos de sus pacientes y otros de su propia vida, que por cuestiones de espacio no vamos a desarrollar aquí, pero recomiendo al lector el análisis de dichos ejemplos, muchos de los cuales Freud expone en sus "Conferencias de Introducción al Psicoanálisis". 
Un punto importante respecto a los actos fallidos reside en su cotidianeidad. Todos podemos observarlos con facilidad en la vida cotidiana. Lo mismo puede decirse de los sueños. Y, en ambos fenómenos Freud encuentra la presencia en el hombre de tendencias susceptibles de actuar sin que él se de cuenta.

Los sueños
Sigmund FreudEs una osadía de Freud dedicarse, a nivel científico, a la interpretación de los sueños, ya que pocas cosas son menos objetivamente observables que un sueño.  
Una de sus obras más famosas se titula precisamente "La interpretación de los sueños". Interpretar significa hallar un sentido oculto. Para Freud los sueños, al igual que los actos fallidos, tienen un sentido.
Durante el dormir, el cuerpo duerme pero el psiquismo no. Aún en el estado de reposo, actúan sobre el psiquismo estímulos a los que el psiquismo tiene que reaccionar.
El sueño es la manera de reaccionar del psiquismo a las excitaciones perturbadoras que sobrevienen durante el estado de reposo.
Freud propone interpretar los sueños, interrogando al soñante. “¿Qué haríais vosotros ante una manifestación mía que juzgarais incomprensible? Sin duda me interrogaríais: Y entonces, ¿por qué no hemos de hacer lo mismo con el soñante? ¿Por qué no preguntarle a él mismo lo que su sueño significa?” (Freud - "Introducción al Psicoanálisis").
El sujeto generalmente refiere, en primera instancia, no saber nada acerca del sentido de su sueño. Pero Freud sospecha que el durmiente sabe, a pesar de todo, lo que significa su sueño, pero no sabiendo que lo sabe, cree ignorarlo.
Estas son las hipótesis freudianas sobre los sueños:
  • El sueño es un fenómeno psíquico que tiene un sentido.
  • Se realizan en nosotros hechos psíquicos que conocemos sin saberlo (hipótesis comprobada en el estudio de la hipnosis).
  • El sujeto del sueño posee un conocimiento del mismo, pero un conocimiento que le es, por el momento, inaccesible.
Freud intenta relacionar los resultados de su indagación sobre el olvido de nombres propios con el fenómeno de los sueños. Así como en el olvido de nombres propios reconocemos inmediatamente que los nombres evocados no son sino sustitutivos del nombre olvidado, por qué no indagar si en los sueños sucede algo similar.
Los elementos que se manifiestan en el sueño son sustitutivos de otros contenidos inconcientes.
Freud distingue entre contenido manifiesto y contenido latente del sueño. El contenido manifiesto es el relato del sueño tal como el sujeto lo comunica, mientras que el contenido latente es el sentido oculto al que Freud intenta arribar preguntándole al soñante en base a las siguientes pautas:
  • La labor de interpretación no debe preocuparse por lo absurdo que pueda parecer el contenido manifiesto.
  • La labor debe reducirse a despertar representaciones sustitutivas en derredor de cada elemento del sueño.
  • “Impondremos al sujeto, como regla inviolable, la de no rehusar la comunicación de ninguna idea, aunque la encuentre insignificante, absurda, ajena al sueño o desagradable de comunicar”.
  • Debe esperarse hasta que lo inconciente oculto surja espontaneamente a partir de las asociaciones del paciente.
A esta técnica se la denominó “asociación libre”.
La investigación de los sueños toma impulso a partir del análisis de los sueños infantiles. A diferencia de los sueños de los adultos, los sueños infantiles son breves, claros, coherentes y fácilmente inteligibles. Tienen un sentido inequívoco. En ellos coincide el contenido manifiesto con el latente (no hay deformación).
Tomemos el siguiente ejemplo:
Una niña de tres años había hecho durante el día su primer paseo por el lago, que le pareció corto y rompió en llanto cuando la hicieron desembarcar.  

A la noche sueña que navega por el lago, continuando el paseo interrumpido.
El sueño infantil es una reacción a un suceso del día anterior que deja tras de sí un deseo insatisfecho. Dice Freud: “El sueño trae consigo la realización directa y no velada de dicho deseo.”
El estímulo del sueño va a ser siempre un deseo.
El sentido del sueño es la realización de un deseo.
Así como en los actos fallidos se ve una transacción entre dos tendencias; algo similar ocurre en los sueños:
Las dos tendencias que chocan en el sueño son el deseo insatisfecho y el deseo de dormir.
El sueño sería el resultado de una transacción: sin dejar de dormir, satisfacemos un deseo. Al satisfacerlo, podemos seguir durmiendo. En los niños la cosa es cristalina. En los adultos, por su parte, los deseos que motivan el sueño suelen ser deseos no aceptables para la conciencia. Freud encuentra que esos deseos son generalmente deseos de tipo sexual. Estos deseos "incómodos" para la conciencia son reprimidos. No son eliminados sino desterrados a lo inconciente.
En el sueño interviene una instancia de censura que elimina ciertos elementos (lagunas del sueño) y sustituye ciertos elementos por otros (simbolismo del sueño). El sueño es, entonces, resultado de una elaboración psíquica, una formación de compromiso entre lo reprimido que intenta emerger y la censura que se lo impide. Lo mismo encontrará  Freud en la formación de síntomas.
 
Los síntomas
Freud en el escritorio de su casa en VienaYa desde su colaboración con Charcot, Freud se interesa por pacientes que presentan síntomas que no tienen ningún tipo de justificación orgánica. Por ejemplo, un sujeto que presenta una parálisis en una mano sin ningún tipo de daño anatómico. Los médicos lo revisaron, le hicieron todos los estudios y el hombre estaba perfecto, pero no podía mover la mano. En estos casos, Freud relaciona la formación del síntoma con un retorno de lo reprimido. Freud descubre que la inmovilidad de la mano guarda relación simbólica con el "haber tocado o deseado tocar algo que no permitido". Es decir, que el síntoma se desarrollaba en base a una significación que era desconocida para el sujeto; una significación inconciente.
Freud se vincula con Joseph Breuer, otro médico que estaba interesado en este tipo de casos. Breuer había tratado mediante hipnosis a una mujer joven (Anna O.) que presentaba un cuadro de histeria. En trance hipnótico, se la incitaba a expresarse verbalmente, obteniendo como resultado la comunicación de fantasías y deseos que en el estado de vigilia la mujer ignoraba.
Freud postula que la enfermedad psíquica debe su génesis a un conflicto entre fuerzas psíquicas que se oponen. El síntoma surge de ese choque de un impulso psíquico (Freud lo llamará pulsión) inaceptable para el sujeto que demanda satisfacción y otro agente psíquico también que se le opone. El síntoma surge como una formación de compromiso.
Existen en nuestro psiquismo impulsos que por entrar en conflicto con la moral tienen obstruido el acceso a la conciencia. Estos impulsos son reprimidos. Pero lo reprimido no pierde su energía y pugna por abrirse camino. En ciertos casos, el proceso de represión fracasa y no puede impedir el retorno de lo reprimido dando origen al síntoma que es una formación de compromiso porque conlleva la satisfacción del deseo reprimido pero no en forma directa, ya que la parte represora alcanza a "disfrazarlo".
En sus investigaciones sobre las neurosis Freud encuentra que las tendencias reprimidas que intentan hallar satisfacción son de índole sexual (lo mismo que le revelaban sus observaciones sobre los sueños).
Todo esto conduce a Freud al estudio de la sexualidad humana; tema que intenta abordar desde sus orígenes. Freud indaga y descubre la sexualidad infantil.
 
La sexualidad Infantil

Freud revisando un escrito.Máxime en aquella época, se consideraba a la sexualidad como un fenómeno, inexistente en la niñez, que emerge recién en la pubertad cuando los órganos genitales alcanzan su pleno desarrollo. Este es uno de los puntos que más se le cuestionan a Freud, el darle excesiva y perturbadora importancia a la sexualidad. Particularmente he comprobado que la mayoría de las personas que hace esta objeción hoy por hoy, lo hacen a partir de la ignorancia. Por ello, me parece importante aclarar que para Freud la sexualidad no se reduce a la genitalidad. Freud asocia lo sexual con el placer. Encuentra que no son los órganos genitales las únicas partes del cuerpo donde se puede hallar placer. Freud sostiene que existe una actividad sexual infantil, que es autoerótica, en cuanto encuentra satisfacción en su propio cuerpo.
La primer manifestación de una sexualidad infantil que Freud encuentra es el chupeteo. El chupeteo consiste en un contacto succionador rítmicamente repetido llevado a cabo con los labios. Tiene su origen el acto de la succión del pecho materno (el primer acto placentero de la vida). Los labios del niño quedan constituidos de este modo como zona erógena (cualidad que con modificaciones conservará en la adultez).
La actividad sexual (búsqueda del placer) se apoya primariamente en las funciones destinadas a la conservación de la vida (saciar el hambre) pero luego se separa y se hace independiente. El chupeteo surge entonces como un intento de repetir la sensación placentera acaecida durante la succión del pecho materno. A este momento del desarrollo de la sexualidad se lo llamará "etapa oral" dado que es la boca la parte del cuerpo que se constituye como zona erógena privilegiada.
Las zonas erógenas son  partes de la epidermis o de las mucosas en las cuales ciertos estímulos hacen surgir una sensación de placer de una determinada cualidad. Existen zonas erógenas predestinadas (partes del cuerpo que suelen tener de por sí una mayor sensibilidad como los labios, pezones, genitales), pero cualquier otra región de la epidermis o mucosas pude constituirse en zona erógena.
Freud encuentra que la sexualidad infantil pasa luego por otra etapa a la que se refiere como "etapa anal".
Los trastornos intestinales, frecuentes en la infancia, hacen que no falten nunca intensas excitaciones relativas a la zona anal. El niño no tarda en descubrir sensaciones placenteras relacionadas con la defecación.
 “Aquellos niños que utilizan la excitabilidad erógena de la zona anal, lo revelan por el hecho de retardar el acto de la excreción hasta que la acumulación de materias fecales produce violentas contracciones musculares y su paso por el esfínter una viva excitación de las mucosas.” (Freud - Introducción al Psicoanálisis)
Los niños no tardarán en descubrir las cualidades erógenas de los genitales. Dice Freud que los órganos genitales se hallan relacionados con la micción, de manera que no pueden faltarle estímulos. Es inevitable que la sensación de placer que puede emanar de esta parte del cuerpo se haga notar en los niños ya en su temprana infancia.
En los primeros años el niño ya ha encontrado muchas formas de obtener placer y las ejercita sin reparos, ya que los "diques anímicos" contra las extralimitaciones sexuales (el pudor, la repugnancia, la moral) no están desarrolladas aún. Cuando estas instancias se comienzan a desarrollar en el proceso de socialización, este brote precoz de la sexualidad cae bajo la represión, sospechando Freud que esto se relacione con la particular amnesia que los adultos tenemos sobre los primeros años de nuestra infancia.
 
El complejo de Edipo
Freud toma el nombre de la tragedia griega de Sófocles "Edipo Rey", personaje mitológico que, sin saberlo, termina matando a su padre y casándose con su madre.
El complejo de Edipo es para Freud el fenómeno crucial de la sexualidad en la primera infancia. Tanto el niño como la niña tienen como primer objeto de amor a la madre. Para ambos, el padre es, al comienzo, un fastidioso rival.
Freud observa huellas del Edipo en la búsqueda, por parte de algunos hombres, de mujeres con características similares a la madre. La elección de objeto amoroso obedece a razones inconcientes que datan de la primera infancia.
El ocaso del complejo de Edipo se da por identificación del niño con los aspectos de autoridad de las figuras paternas (prohibición del incesto), y constituye para el prestigioso antropólogo Claude Levi-Strauss el pasaje de la naturaleza a la cultura.
A lo largo de su obra, Freud irá construyendo teorías acerca del funcionamiento del psiquismo.
 
Primera Tópica del Aparato Psíquico
En 1915, Freud propone la presencia de tres instancias psíquicas:
  1. Sistema Conciente
  2. Sistema Preconciente
  3. Sistema Inconciente
 
  1. Sistema Conciente. Freud no se esfuerza demasiado por caracterizar la conciencia, dado que la adecua a lo que los filósofos y el mismísimo "saber popular" consideran al respecto. "Cuando se habla de conciencia, todo el mundo sabe inmediatamente, por experiencia, de qué se trata." La conciencia está asociada a la percepción y cumple una función selectiva, recibiendo y filtrando los estímulos provenientes tanto del mundo exterior como del interior. De toda la información que se ofrece a nuestra percepción, somos concientes momentáneamente de ciertos elementos y de otros no.
  2. Sistema Preconciente. Es una instancia cuyos contenidos no están en la conciencia pero son susceptibles de acceder a ella. Por ejemplo, mientras escribo este texto alguien me interrumpe y me pregunta cuál es mi ópera favorita. Accederán a mi conciencia contenidos que hasta hace un momento no estaban en ella, aparecerán nombres de ópera, la representación de la música, de alguna puesta que haya visto y contestaré "La Flauta Mágica". Todo lo referente a esta ópera de Mozart no estaba en mi conciencia mientras estaba escribiendo sobre Psicoanálisis, pero ante la pregunta, está información pasa, sin problemas, a la conciencia.
  3. Sistema Inconciente. Constituye el gran descubrimiento freudiano. El inconciente es un sistema psíquico cuyos contenidos no tienen acceso a la conciencia, al menos no fácilmente, porque han sido reprimidos y encuentran una resistencia cada vez que intentan acceder a la conciencia. Estos contenidos inconcientes son representantes de las pulsiones que tienen vedado el acceso al sistema preconciente – conciente.
    Lo que intenta el psicoanálisis es hacer conciente lo inconciente a partir de la palabra mediante el ya descripto método de "asociación libre" y la interpretación.
Se utiliza el término "tópica" para indicar que estos sistemas son "lugares virtuales", es decir, producto de una conceptualización espacial que carece de cualquier tipo de vinculación anatómica. El inconciente no está ubicado en ninguna parte de nuestra fisiología; es un espacio virtual.
 
Segunda Tópica Freudiana
En 1923, en su obra "El Yo y el Ello", Freud expone su segunda hipótesis estrctural acerca del psiquismo, en la cual presenta también tres instancias:
  1. El Ello
  2. El Súper-Yo
  3. El Yo
 
  1. El Ello. Constituye el polo pulsional de la personalidad. Contiene las pulsiones inconcientes, en parte innatas y en parte reprimidas. El Ello es totalmente inconciente.
  2. El Súper-Yo. Se forma por la interiorización de las exigencias y prohibiciones parentales. Su tarea es comparable a la de un juez respecto al yo. Son funciones del Súper-Yo la conciencia moral, la autobservación y la formación de ideales. El Súper-Yo es el asiento de los valores, la discriminación entre lo que está bien y lo que está mal. Es, por ende, una instancia netamente cultural y tiene "partes" concientes, preconcientes e inconcientes.
  3. El Yo. El núcleo del Yo se asocia al sistema percepción-conciencia, pero no se limita a eso, dado que Freud adjudica al Yo la tarea defensiva de la represión; y la represión es inconciente.
    Tal como señalan Laplanche y Pontalis en su "Diccionario de Psicoanálisis", el Yo "se encuentra en una relación de dependencia, tanto respecto a las reinvindicaciones del Ello como a los imperativos del Súper-Yo y a las exigencias de la realidad". Si bien es una instancia que se exhibe como mediadora y como representante de los intereses de la totalidad de la persona, Freud puntualiza que la autonomía del Yo es ficticia.
Los desarrollos freudianos son harto complejos y extensos. El presente trabajo procura realizar apenas una presentación introductoria del Psicoanálisis, un esbozo de sus inicios. Seguir profundizando a partir de aquí queda, entonces, librado al interés del lector.
 Lic. Alejandro Quiroga